Aplomos en potros

05.12.2024


La mala conformación de los aplomos de los potros puede ser congénita, es decir, que nacen con esa conformación, dentro de las opciones que suelen ocurrir, se destacan la retracción de tendones, contractura de la cápsula articular, laxitud de tendones flexores, luxación de la patella, ruptura del tendón extensor digital común, colapso u osificación incompleta del tarso, entre otras opciones que son adquiridas, como la retracción de tendones y deformidades angulares.

RETRACCIÓN DE TENDONES:

Se cree que ocurren debido a la mala posición del feto dentro del útero, defectos genéticos o determinados insultos infecciosos o tóxicos. Se aprecia una discrepancia entre el largo del hueso y el tendón afectado reflejando los signos típicos de esta condición como son la flexión del carpo, la flexión del menudillo o la retracción del tendón flexor digital profundo dependiendo de la estructura afectada. Tanto el tendón flexor digital profundo como el superficial pueden verse afectados y para diferenciarlo debemos observar la punta del casco del recién nacido ya que cuando es el tendón flexor digital profundo el afectado, solo la punta del casco es la que toma contacto con la superficie de apoyo, mientras que cuando el tendón superficial es el afectado, el casco se apoya correctamente sobre la superficie del terreno. También pueden coexistir ambas contracturas tendinosas en conjunto, presentando una posición de la cuartilla hacia delante y el casco apoyando sobre las lumbres. 

En estos casos, la simple visualización de la extremidad afectada podrá orientarnos en el diagnóstico, más allá de esto, es necesario realizar una evaluación física, para diferenciar una retracción tendinosa de una retracción de la cápsula articular, la cual tendrá diferente pronóstico de recuperación y tratamiento.  

Por lo recientemente mencionado, el tratamiento dependerá de la gravedad del caso. La corrección en algunos potros es espontánea restringiendo el ejercicio, cuando la severidad de la contracción es leve, el ejercicio consiste en soltarlos en un corral por 30 minutos, dos o tres veces al día o caminatas de la mano sobre superficies duras por 5 a 10 minutos hasta cuatro veces al dia. Potros con una leve elevación de talones suelen responder favorablemente a una dosis de oxitetraciclina con o sin necesidad de colocar vendaje de soporte. 

La fisioterapia con manipulación de la extremidad afectada puede ser beneficioso y consiste en provocar el estiramiento suave de los tendones hacia su posición normal unas 4 a 6 veces por día. 

Cuando la retracción es moderada, puede responder al uso de la oxitetraciclina de manera más agresiva, aplicándolo dos a cuatro veces a lo largo de 48 horas. Esto suele utilizarse en aquellos potros que apoyan la extremidad en la lumbre pero que no tiene la muralla del casco hacia delante, es decir, que la retracción no es tan grave. Para realizar este tratamiento es indispensable la evaluación de las otras extremidades, sobre todo con el fin de descartar laxitud tendinosa en otro miembro ya que está contraindicado en dichos casos. Si, a pesar de haber utilizado este tratamiento, el potro no mejora, hay que evaluar el uso de férulas para corregir la extremidad.

Para las condiciones más severas de esta mala conformación, hay que ser más agresivo para corregir estos problemas en un tiempo razonable, es por esto que se suelen utilizar férulas o yesos para su corrección. Los casos graves son aquellos en donde la muralla del casco se inclina hacia delante o incluso contacta con la superficie del terreno. Además, debemos administrar oxitetraciclina, cuatro dosis en una plazo de 48 horas. Cuando utilizamos estos tratamientos con yesos o acrílicos es necesario realizar un control de los mismos para evitar lesiones en piel consecuencia de las presiones que se ocasionan en determinadas zonas de la extremidad afectada. Algunos potros con casos severos de retracción tendinosa, son incapaces de ponerse en pie, por lo que hay que estar pendiente de ayudarlos para que puedan alimentarse de la madre, a su vez, el uso de yesos o férulas genera dolor en la extremidad causada por el estiramiento del tendón retraído, lo que ocasiona que el potro evite soportar peso con ese miembro, para evitar esta condición es fundamental el tratamiento paliativo del dolor, utilizando antiinflamatorios no esteroideos. Si la decisión es colocar férulas, debemos darle descansos a la extremidad, es decir dejarlas colocadas por unas 2 a 4 horas y luego quitarlas por la misma cantidad de tiempo, para luego volver a colocarlas. 

La intervención quirúrgica no es necesaria pero en casos severos de retracción del carpo, la resección del ulnar lateral o fascia del carpo puede ser de ayuda para la corrección de la conformación. .


CONTRACCIÓN DE LA CÁPSULA ARTICULAR:

Esta condición suele apreciarse en las articulaciones del carpo o menudillo, aunque es poco común. En la mayoría de los casos suele apreciarse fibrosis en la región flexora de la cápsula articular. Las causas que lo provocan son las mismas que se mencionan en el apartado de retracción tendinosa. las contractura de más de 90 grados tienen pronóstico reservado. Como se mencionó anteriormente, la evaluación física es necesaria realizarla con el fin de diferenciar si la mala conformación proviene de una contractura del o los tendones o de la cápsula articular. Cuando se realiza la palpación de las estructuras tendinosas, estas no se encuentran tensionadas, lo que hace sospechar de que la contractura puede estar posicionada dentro de la articulación, la radiografía ayuda al diagnóstico.

Estos casos de retracción tan severa, suele ser causantes de distocia al momento del parto, debido al posicionamiento de los miembros, principalmente si se trata de los miembros anteriores. El tratamiento puede ser quirúrgico mediante la resección la fibrosis capsular pero generalmente sin buenos resultados. La dificultad para ponerse en pie del potro no permitirá que este se alimente correctamente por lo cual, en casos tan severos, se recomienda la eutanasia con el objetivo de evitar el dolor y sufrimiento en el animal. En casos severos, donde el animal soporta su propio peso de pie, puede tratarse con régimen de vendajes y ejercicio controlado.


LAXITUD DE TENDONES FLEXORES:

Esta mala conformación es bastante común en potros recién nacidos, principalmente es debida a debilidad músculo esquelética, la cual suele desarrollarse por inmadurez, enfermedad sistémica, falta de ejercicio o lumbre muy largas. Suele apreciarse con mayor frecuencia en los miembros posteriores en los cuales se observa que el menudillo del animal desciende más de lo normal, hasta pudiendo tomar contacto con la superficie del terreno y elevando las lumbres en casos más severos. No solo se observa en menudillos, sino que esta condición puede encontrarse en carpos y tarsos. El diagnóstico es sencillo, una simple evaluación visual y digital revela esta mala conformación. 

El tratamiento en casos moderados, se basa en el ejercicio controlado, 30 a 60 minutos sueltos en un corral, dos a tres veces por día. En casos severos, es recomendable la colocación de extensiones palmares-plantares para dar soporte al menudillo y evitar que descienda demasiado. Los vendajes en estos casos no está recomendados ya que generan aún más laxitud, no obstante, hay que observar la gravedad del caso y si el menudillo alcanza la superficie, es recomendable realizar un vendaje suave con el fin de evitar lesiones en la piel. 


RUPTURA DEL TENDÓN EXTENSOR DIGITAL COMÚN:

La ruptura del tendón extensor digital común en el potro neonato puede ser primaria o secundaria a deformidades flexurales del carpo o del menudillo a causa de un aumento de tensión sobre dicho tendón. Ante una apropiada evaluación clínica se logra observar que el potro adopta una posición de menudillos hacia adelante, se aprecia una inflamación fluctuante sobre el aspecto dorsolateral del carpo a nivel de la articulación distal del carpo. A la palpación se determina la presencia de fluido dentro de la vaina del tendón así como la ruptura del tendón, la cual se confirma mediante la evaluación ecográfica. 

Para el tratamiento de esta condición, debemos determinar si es una causa primaria o secundaria, en los casos donde no se aprecia ninguna deformidad flexural sobre el miembro afectado, el tratamiento es reposo a cuadra y vendaje para proteger el menudillo de la extremidad afectada. En los casos secundarios a deformaciones flexurales, donde el potro flexiona y desplaza hacia adelante el menudillo o que poseen malformación de los huesos cuboidales (carpo) deben tratarse utilizando férulas sobre la región palmar de la extremidad, la férula debe extenderse desde el codo hasta el menudillo. El tiempo de tratamiento dependerá de cada caso, aunque en general suelen demorar entre 2 a 4 semanas. Durante el periodo de tratamiento se debe evaluar la férula para evitar que genere lesiones por presión, rozadura, etc. Una vez retirada la férula, se recomienda continuar con los vendajes de la extremidad.


OSIFICACIÓN INCOMPLETA DE LOS HUESOS DEL TARSO: 

El colapso del tarso por falta de osificación, puede ocurrir en potros nacidos de manera prematura o potros jóvenes. Los factores predisponentes incluyen, inmadurez, trauma y falta de osificación de los huesos cuboidales. Este último factor, se clasifica en 4 grados según su apariencia radiográfica.

grupo 1, donde algunos huesos cuboidales no se encuentran osificados; grupo 2, todos los huesos cuboidales radiográficamente se aprecian con falta de osificación; grupo 3, se aprecian los huesos cuboidales pequeños y separados dentro de la cavidad articular y grupo 4, los huesos cuboidales tienen el aspecto a los de adulto. 

Los potros con esta patología mostrará debilidad y puede observarse una inflamación sobre el aspecto plantar en la zona proximal del tercer metatarsiano. A su vez, se apreciará una leve a moderada cojera.

La evaluación clínica a distancia permite comenzar a pensar en esta enfermedad, aunque debemos descartar otras posibles causas de cojera. A la palpación digital sobre el aspecto dorsal y distal del tarso se encontrará signos de dolor, por lo cual es recomendable diferenciar de posible artritis séptica. La radiología revelara el colapso articular y la falta de osificación de los huesos cuboidales. 

Para el tratamiento, debemos restringir el ejercicio con el fin de evitar compresión sobre los huesos cuboidales, se deben realizar radiografías de control cada dos semanas, asegurarse de que el potro obtenga una buena nutrición. En caso de sospechar de una posible artritis séptica se debe comenzar cuanto antes con la administración de una antibiótico de amplio espectro. 


RETRACCIÓN TENDINOSA ADQUIRIDA